domingo, 30 de diciembre de 2018

martes, 10 de octubre de 2017

Sobre Cuerpos minados editado por José Maristany y Jorge Peralta

En mi agenda anoté la presentación del libro como la de Campos minados y no cuerpos minados.  La primera vez que leí el error, me sobresalté. Campos minados, recordarán, es la obra de Lola Arias sobre Malvinas en la que 6 sobrevivientes – 3 argentinos, 3 británicos – van relatando intercaladamente su historia personal antes, durante y después de la guerra. La obra podría ser parte de esta serie que está incluida en Cuerpos minados: el espacio de la guerra como expresión máxima de una masculinidad tradicional y a la vez las historias personales, especialmente las anteriores al conflicto como bildungsroman de construcciones masculinizadas – la expectativa de los padres, el mundo del trabajo, de los amigos, del asado en el caso de los argentinos, de la universidad privada en el de uno de los británicos, el de la sofisticación en la destrucción del otro en el caso de los gurkas, donde aparece como en el capítulo de Ariel Sánchez el duelo a cuchillo.
Vuelvo a mi error entonces y me digo: no son campos minados, son cuerpos minados y regreso también a la primera impresión del libro, que convocó una cita de la novela La nave de los locos de Cristina Peri Rossi en la que el protagonista después de una performance de cross-dressing “se sintió subyugado por la ambigüedad.” La ambigüedad de la foto de tapa, que convoca a una mirada que no puede mirar binariamente, alude también a los cuerpos minados, estos cuerpos que están no están feminizados sino “minados,” marcados por la mina, por esta figura de la cultura argentina delineada, me parece, por cierta postura. Pero también son cuerpos minados en el sentido de estar a punto de explotar, en línea con la idea de explosión de Paris is Burning, la exhibición, el performance del género, el cruce entre los discursos sociales de raza, género, clase.  Estos cuerpos minados, ambiguos, me parece, resumen la inquietud de los textos de este libro que leí con mucho placer. Como somos tres y para no hacerlo muy largo voy dividir mi presentación en dos partes. La primera son agradecimientos ciertos elementos del libro. La segunda es una serie de preguntas para estimular nuevos trabajos, una continuación del libro.
Empiezo con la primera parte que es lo que agradezco de este libro. Lo primero es que el libro plantea una continuidad con el feminismo y con los espacios abiertos por la crítica y la militancia feminista a los estudios de masculinidad. En ese sentido reconoce que el feminismo no abrió brecha a través de estudiar mujeres sino a través del enfoque en la construcción social  y simbólica de los espacios donde se despliegan las diferencias sexo-genéricas. En esos espacios tiene lugar el teatro del género que condiciona y limita representaciones y acciones. Por eso este libro no es sobre la masculinidad sino sobre las masculinidades y aparece una lista enorme de estas masculinidades. Algunas que apunté son: masculinidades lésbicas, avejentadas, queer, al acecho, valientes, hegemónicas, corporativas, subalternas, capitalistas, revolucionarias, performáticas, diferenciales, disidentes, heterosexuales, seductoras, nacionales, frágiles, asediadas, no normativas, feminizadas, sexistas, marginales, no automorfas y sorprendentemente también “verdaderas.” El rompecabezas identitario que se arma a través de los capítulos del libro, entonces, desafía a priori la posibilidad de cerrar y abre ampliamente la posibilidad de pensar las masculinidades y también los objetos y las situaciones que nos permiten observarlas, y estudiarlas.
En ese espacio abierto quedan muchas preguntas, que no son una falla del libro sino la invitación a seguir pensando. Y hago algunas. Empiezo por el final. La escena de la lactancia en la entrevista en el programa de Susana Giménez a los padres de la beba Génesis Angelina, parece ser dejada abierta como invitación a cuerpos minados 2. El libro empieza con un texto completamente diferente a éste pero que también deja preguntas sin contestar y es el de los cambios en las masculinidades en las últimas 4 décadas. Me gustaría que se ahondara más en este tema con entrevistas, con encuestas, que supiéramos más de lo que sabemos.
Creo que en ambos casos – el final  y el principio – veo en acción la máquina de performar las identidades y pienso en la creatividad y productividad de los modelos de este tipo. Por ejemplo, en el artículo de Insausti y Ben el volver a ciertos temas codificados como la crianza de los niños o la virginidad. La pregunta sobre lo queer, ¿puede existir una infancia feliz queer?
Espero sin duda los cuerpos minados 2 para seguir pensando la disidencia sexual y la traición genérica, los libros y las películas que invitan lecturas no hegemónicas, la referencia de Borges a invitar a un puto judío para despuntar dos gremios a la vez, y también lo que en el libro se llama el “cine gay.”
Disfruté El parque de diversiones de Selva Almada leído por Amícola y el Coffee break de Spregelburg leído por Ramos Arteada y vuelvo a París is Burning y a los momentos de libertad del repertorio de las identidades. Pienso este libro como un asedio a un tema que se escapa, que se reinventa y que por eso debe ser leído y releído una y otra vez. Y pienso en un espiral. Al terminar de leer estos cuerpos minados (atravesados en el libro por la violación, la extracción de órganos, el baile, la sodomización, la tortura, el exilio, el sexo, y el fuego) no volvimos al mismo lugar sino que estamos en escalón más alto de este espiral para volver nuevamente a poner en marcha esta máquina de leer y entender que es la crítica.

viernes, 11 de diciembre de 2015

PRESENTACIÓN DE SITIOS DE LA MEMORIA: MÉXICO POST 68 EN LA FERIA DEL LIBRO EN GUADALAJARA



Presentamos Sitios de la Memoria: México Post 68 en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara. Como señaló Gabriela Polit, al estudiar casos de violencias en el pasado, los textos del libro ayudaban a entender situaciones traumáticas del presente. 





viernes, 24 de abril de 2015

EN EL BAFICI 2015


La nota que escribí sobre la película israelí "The Policeman´s House para Informe Escaleno
Seguimos  en el Bafici!

Una casa entre dos mundos: una reformulación ante el conflicto palestino-israelí
18 / 04 / 2015 - Por Mónica Szurmuk
Una casa en territorio palestino habitada por Mich´ael Zupraner, el director israelí de "The Policeman´s House". Una mirada transparente inserta en una ambigüedad cultural conflictiva.

Vigilar, ser visto, ser vigilado, observar, medir, escrudiñar, componen la materialidad cotidiana de la ocupación israelí en Palestina. El control visual marca el ritmo de los días y las noches en las colinas de Hebrón donde se desarrolla The Policeman’s House, film de Mich’ael Zupraner, joven cineasta israelí, estrenado en el BAFICI el jueves 16.
Zupraner utiliza un formato breve (solamente 25 minutos) multiplicado en tres marcos donde se proyectan simultáneamente diferentes perspectivas de la misma escena, o la misma escena multiplicada. La voz en off en primera persona es la de Mich’ael Zupraner mismo, contando en un tono monótono en hebreo su experiencia de vivir en una casa en un barrio árabe de Hebrón. Cada marco es una ventana a través de la cual se mira para afuera o para adentro; la observación nunca es total, lo que queda siempre en entredicho es la transparencia de la mirada y su valor documental. En algunos momentos, adentro del marco, casi ocupándolo completamente hay una ventana, como si se requiriera la advertencia continua de los modos en que las miradas se contextualizan, se quiebran, se multiplican. 
La historia es mínima: Mich’ael subarrienda con un amigo palestino una casa en un barrio árabe en las colinas de Hebrón. La casa fue construida por el abuelo de los dueños actuales que era un policía jordano. Ahora se ha transformado en un lugar liminal: si los colonos judíos ortodoxos que ocupan las colinas la compran podrán unir su asentamiento con el centro de la ciudad y lograrán imponer su presencia en el barrio árabe donde está localizada la casa. Mich’ael y su compañero árabe la alquilan, transformándola así en un particular sitio de resistencia intersticial: mitad árabe, mitad judío; mitad israelí, mitad palestino; hogar donde se hablan y se escuchan las dos lenguas de la región. Es una casa de arquitectura árabe, pintada de blanco (como hacen los judíos, según dicen los vecinos árabes), y con mezuza en la puerta (para proteger a quienes están adentro, explica Mich’ael a los vecinos árabes). 
Mich’ael es el único judío en el barrio. Sin emoción, repite los rumores que se han creado alrededor de su persona –que se estaba volviendo ortodoxo, que era informante de los árabes, que era informante del ejército israelí-. En un orden dual entre unos y otros, la ambigüedad de la posición de Mich’ael inquieta a todos (hasta a él mismo). La ambigüedad es puesta en primer plano en dos registros de Purim, fiesta judía carnavalesca que se celebra disfrazándose. Los colonos judíos celebran alegremente en el centro de la ciudad, disfrazados. Se puede ser animal, se puede ser figura bíblica, pero nunca invadir la alteridad predeterminada de la zona: no se puede jugar a ser palestino. Mich’ael participa de la celebración. Lo vemos disfrazarse, cambiar de identidad: primero es tigre, luego judío ortodoxo con barba. Las identidades se prueban y se quitan, pero no todas son intercambiables en la lógica binaria de la ocupación.  
Con su tono autobiográfico, testimonial e intimista, Beit Ha´Shoter se incluye en la serie de producciones artísticas sobre la ocupación que, como ha afirmado Gil Z. Hochberg, intentan reformular y reenmarcar las condiciones de visualidad que están en el corazón del conflicto palestino-israelí. En un tono personal que sugiere (y no preconiza) la película invita a pensar en los modos en que la mirada hecha cámara puede desplegarse para socavar sutilmente el orden visual que sostiene la ocupación.

jueves, 26 de septiembre de 2013

En este libro un capítulo que escribí junto con Maricruz Castro Ricalde sobre la filmografía de Libertad Lamarque en el cine mexicano.

viernes, 8 de febrero de 2013

miércoles, 9 de enero de 2013

Una nueva reseña del Diccionario de Estudios Culturales Latinoamericanos

Guillaume Boccara reseña las dos versiones del Diccionario y hace observaciones interesantes sobre las genealogías latinoamericanas y estadounidenses de los estudios culturales. Para leer la reseña clickear aquí